Enrique Brito – El Pintor Cósmico
Técnica mixta sobre lienzo | Año: 2009
“El Gris” no es una invención. Es un recuerdo.
No nace de la imaginación: nace de una memoria sellada en la piel del artista.
Enrique Brito no pinta extraterrestres, pinta presencias que lo han acompañado desde antes de tener lenguaje. Su madre cuenta que la noche en que Enrique estaba por nacer, el cielo de Barranca Honda se cubrió de estrellas fugaces, como si algo —o alguien— hubiese descendido en señal silenciosa.
Desde entonces, el niño Brito veía cosas que los demás no veían.
Seres altos, de ojos como planetas, lo observaban desde los cerros, y más de una vez, su madre lo encontraba en lugares imposibles, con la mirada perdida y el cuerpo frío como el amanecer.
Con los años, esas experiencias no se apagaron. Se transformaron en arte.
La figura que emerge en esta pintura no es un retrato imaginado, sino una evocación directa de esas entidades con las que Brito tuvo contacto.
Seres silenciosos, ni hostiles ni benévolos, simplemente ahí: testigos de una vida marcada por la sensibilidad interdimensional y cósmica.
El rostro ovalado, el gran ojo multicolor, la espiral en la espalda, el aura que lo envuelve… cada elemento de esta pieza es un fragmento del enigma. Pero El Gris no viene a dar respuestas. Viene a decir: “Te he visto”. Viene a recordar que no estamos solos, que hay memorias que no se escriben en papel sino en el alma, y que hay artistas como Brito que no pintan lo que piensan, sino lo que han sobrevivido.
El Gris no es un alien: es el eco de una conexión cósmica que no necesita ser comprendida para ser verdadera.
Esta obra es una puerta visual a lo inexplicable, y también una declaración poderosa del artista como testigo, como canal, como sembrador de símbolos en una tierra que a veces olvida mirar hacia arriba.
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Curaduría narrativa
“El Gris” es uno de los rostros que le visitaban cuando era niño.
A veces en sueños. A veces en el monte. A veces en silencio absoluto.
Enrique Brito no los inventó.
Los recordó. Y al recordarlos, nos ofreció el mapa para entender que la vida no solo nace en la tierra… también en las estrellas.
Brito Art Gallery
Curaduría narrativa: Yazmín De la Torre